Cuando llama Sevilla, llama de veras
con la voz tan flamenca que te enloquece
y no sirve que intentes decir: ¡espera!,
porque ella sin palabras dice: ¡obedece!
Aunque te echen cadenas de hierro y plata
y te pongan grilletes de escalofrío,
'toas' las trabas del mundo las desbarata
con la tijera loca que lleva el río.
Yo le clavé a mi garganta
cuatro clavos de tormento,
mas Sevilla dijo: ¡canta!
y to' se lo llevó el viento.
Ay, ajay, en el quejío del alma,
Sevilla, Sevilla se entrega a amar;
el río le hace las palmas,
la torre, la torre lleva el compás.
Sonó ya mi hora
y apunta el jipío;
que yo soy de Lora
de Lora del Río.
Ay, ajay, en el quejío del alma,
Sevilla, Sevilla se entrega a amar;
el río le hace las palmas,
la torre, la torre lleva el compás.
{instrumental}
Tiene el mundo por dentro muchas esquinas,
nunca por lo que quita paga bastante
y es vivir deseando las mil espinas
que te tienen en vilo dentro del cante.
Ahora digo, a sabiendas: la culpa es mía;
el compás de la copla mi sangre mide
y renace "La rosa de Andalucía"
porque es toda Sevilla quien me lo pide.
Que mi canción no se borre
y dé al viento su semilla
y que suba por la torre
más bonita de Sevilla.
Ay, ajay, en el quejío del alma,
Sevilla, Sevilla se entrega a amar;
el río le hace las palmas,
la torre, la torre lleva el compás.
Sonó ya mi hora
y apunta el jipío;
que yo soy de Lora
de Lora del Río.
Ay, ajay, en el quejío del alma,
Sevilla, Sevilla se entrega a amar;
el río le hace las palmas,
la torre, la torre lleva el compás.