Intenté hablarte del sol que siempre nace,
del tiempo que al correr hace que el dolor pase,
pero nada en tus ojos brilla
sobre este mundo y sus maravillas.
Intenté hablarte del agua de las fuentes,
de este verde prado y de la cumbre de los montes,
pero nada en tu cuerpo despierta,
el mundo te tiene en una cuerda.
Quieres soltarte como los navíos
para un viaje sin regreso,
me hablas del dolor de los días fríos
y del amor que te quemó las entrañas.
Quieres soltarte como los navíos,
con un adiós y nada que añadir.
De mis ojos corren mil ríos,
pero te dejo marchar por quererte tanto.
Intenté hablarte de la nieve en las colinas,
del amor que al llegar hace sonreír a las muchachas,
pero nada en tu corazón pide,
el mundo te mató de sed.
Intenté hablarte de las flores allá en las riberas,
de los versos de los cantores y del calor de las hogueras,
pero nada te devuelve el norte,
la vida te entregó a la muerte.