Oh, Londres en primavera
me hace sentir tan afortunado de estar vivo.
Tengo amor para dar.
Tengo toda mi vida por vivir.
Caminando por el parque,
la luz del sol se derrama como miel entre los árboles.
Creo que estoy llegando a casa.
Bien, algunas personas me dicen
que tengo mejores cosas que hacer
y formas más productivas
en que podría pasar mi tiempo.
Pero creo que no estoy de acuerdo.
Con frecuencia parece que pasamos nuestras vidas
diciendo tonterías, corriendo a ciegas
y olvidamos cómo disfrutar las cosas sencillas
como el caminar por Londres en primavera.
Oh, Londres en primavera.
Mira la Catedral de St. Paul como
un hombre de alta sociedad,
sentado en calma y en silencio.
Y mira el río Támesis
entretejiéndose como una aguja por la ciudad
hasta llegar al mar.
Bien, algunas personas me dicen
que lo mejor ha quedado muy detrás de nosotros,
que ya no es posible ser optimista.
Pero creo que no estoy de acuerdo.
Espero que el amor nos halle
y que gentilmente guíe nuestra embarcación a la costa,
a donde no haya necesidad de mendigos ni de reyes,
y seamos todos iguales para compartir Londres en primavera.