Perdidos en las montañas,
lejos de las multitudes,
vagábamos juntos
caminando por millas
con la noche aún ante nosotros
y el día pasándose.
Siempre recuerdo tu sonrisa.
Frías al anochecer,
cálidas bajo el sol,
sus nubes moviéndose lentamente.
El tiempo se deshacía.
Sin embargo, los días caían ante nosotros
y las noches se pasaban volando.
Siempre recuerdo tu sonrisa.
Cada paso y cada momento
valían tanto la pena.
Siempre recuerdo tu sonrisa.
Siempre recuerdo tu sonrisa.
Y es extraño cómo por un momento
los cielos fueron míos.
Siempre recuerdo tu sonrisa.
Cada uno tiene un viaje,
así es como funciona.
A veces estamos juntos,
a veces a solas.