Había un hombre, un hombre solitario
que perdió su amor por culpa de su indiferencia,
un corazón al que le preocupaba estar solo
hasta que murió en su silencio.
Y el solitario es el único juego en la ciudad
y cada camino que toma lo conduce más abajo
mientras la vida sigue a su alrededor por todas partes,
juega al solitario.
Y vuelve a empezar a repartirse cartas
y el rey de corazones sigue bien escondido,
otra partida perdida toca a su fin
y se reparte de nuevo.
Una pequeña esperanza asciende como el humo
y con las mismas se va, como suele pasar.
Había un hombre, un hombre solitario
que se impondría en la mano que está jugando.
Y el solitario es el único juego en la ciudad
y cada camino que toma lo conduce más abajo
mientras la vida sigue a su alrededor por todas partes,
juega al solitario.
Y vuelve a empezar a repartirse cartas
y el rey de corazones sigue bien escondido,
otra partida perdida toca a su fin
y se reparte de nuevo.
Y el solitario es el único juego en la ciudad
y cada camino que toma lo conduce más abajo
mientras la vida sigue a su alrededor por todas partes,
juega al solitario.